Mientras leía esos mensjaes, mi cara de monito frito se iba acentuando un poco más.
Pasaron varios minutos y seguía sin entender por qué diantres tenías que venir a decirme algo así. Y más hoy.
Tuve ganas de meter la cabeza en la mesa, tuve ganas de decirte que nada de eso era de tu importancia, tuve ganas de responderte como a cualquier otro.
Pero no.
Porque el problema es que tienes razón.
Y yo sigo con las mismas ganas de meter la cabeza en la mesa.
¿Te anotas?
Me dió gracia la frase "cara de monito frío", como sería?
ResponderEliminarPrometo subir un foto con esa cara, ¿vale? jaja
ResponderEliminar