30 nov 2013

De cómo gastar lo que no se tiene

Este año ha sido una montaña rusa divertidísima: dejé la UCAB, me ennovié, me mudé de ciudad, me enamoré (once again), lloré que jode y conseguí el trabajo que quería. Sin embargo, y porque la vida siempre es una perrita, no gano lo que merezco.

El primer reto fue aprender a hablar en radio. Suena estúpido, pero pasarse el chip de "maricaaaa, te quieroooo" a "buenas tardes, Acarigua", fue medio complicado. Lo logré, con paciencia y esfuerzo, y a la gente le gustó; funcionó y tengo un fan stalker que me pregunta siempre si mi corazón "tiene dueño". (Te quiero, fan).

El segundo reto 2013 fue aprender a vender pu-bli-ci-dad... ¡coño! pero si yo no vendo ni a mi mamá, chico. "Bueno, manos a la obra", me dije. Pero no lo logro aún. Me cuesta. Mi psicólogo dice que es cuestión de actitud, pero si el cliente alega que no porque "estaría traicionando a mi hermana", no puedo tener otra actitud mas que elcoñodelamadrechico. Me cuesta vender y sé que es mi culpa. Sé, también, que es patético justificarse con algo tan chimbo como "yo no nací para esto", pero de verdad creo que todos nacimos con un talento y el mío, definitivamente, no es vender.

Ahora, la verdad es que no me rindo, porque a mí todo me gusta difícil y cuesta arriba... esta no iba a ser la excepción, ¿quétecreestú? Hoy solo me estoy quejando porque yo también quería equipar mi casa a punta de rebajas forzadas y no tengo ni pa' un par de tacones YimiChú, elcoñodelamadrechico. 

P.D.: el 'argumento' "pero tenemos patria" no es un argumento.
P.D.2: también quiero ser fashionblogger, ¿saben? pero mi sueldo no alcanza ni para un bluejean de Zara.

¡¿Hacer lo que te gusta y pelar bolas o tener dinero y hacer lo que no te agrada?! He aquí el dilema.

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