13 may 2011

Historias de pseudo-odontólogos

Querer estudiar odontología en este país, es como querer sacar la mancha de óxido del pantalón blanco favorito. En serio, así de trillado es.
Existen varias posibilidades:
- Usted puede tener vocación, pero no dinero.
- Usted puede tener dinero, por ende una Merú, y por ende ni un poquito de ganas de estudiar.
- Usted puede tener vocación y dinero, pero no tiene cupo en una universidad.
- Usted puede tener cupo en una universidad, pero está embarazada de su novio el bebedor de cerveza.
- Usted puede tener vocación, dinero y cupo, pero no le va a gustar la carrera en 2do. año, y se va a cambiar a Psicología (o la carrera que esté de moda en ese momento)
- Usted puede tener vocación y joderse estudiando para presentar una prueba de admisión, y aún así, amiguito... USTED PUEDE NO QUEDAR SELECCIONADO.
(Sí, sí. A mí no me mire así).

El problema aquí es que no cabemos todos, que crecimos todos muy rápido, y no crearon otra facultad de Odontología. Nunca nadie pensó en que tirar haría muchos niñitos, y muchos querrían estudiar odontología. Es más, nunca nadie pensó que estudiar odontología pudiera ser una moda estúpida.
(No, hombre, no me vuelva a mirar así).

Yo vine a decir que renuncio. Renuncio porque me cansé de luchar contra la corriente, de querer ser algo que no puedo ser (al menos ahora) y porque... ¡panaaaaa, qué estrés!

1 comentario:

  1. Esas características pueden llegar a aplicarse a muchísimas carreras, al menos de las que dan en nuestro país...

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