La crisis de los 20

Hay un -jodido- punto en la vida en el que no sabes si eres tú, si es él o el de al lado. En ese punto están la inconformidad, la inestabilidad y la indecisión.
Yo no sé si son cosas de muchachitas, o si es un peo meramente personal, pero me jode horrible. Y me jode porque es como no caber dentro de mí.
Un día abrí los ojos y sentí que no soy quien creo ser; me levanté, me vi al espejo, y no me entendí.
Ya no me gusta lo que pensé que me gustaba:
- Descubrí que me gusta más el azul, y eso que yo juraba ser la fan enamorada del verde pistacho (sí, esa vaina existe).
- Me descubrí deseando un jugo de patilla. DE PATILLA, MARICA.
- Cambié mi closet en 5 meses. Ahora dizque soy rebelde y no me combino las ropitas.
- No escucho siquiera la mitad de los grupitos baratos que escuchaba hasta no hace tanto.
- Frecuento sitios que jamás habría visitado.
- Me compré un perfume dulce y me obsesioné.
- No me gustan los tipos que me gustaban antes, y todos los días me pregunto por qué llegaron a gustarme.
- Estoy aprendiendo a balancear tolerancia + humildad. Nunca he sido buena en matemáticas, pero en esta mínimo me saco un 18. Mínimo.
- Acepté que no me gusta la comida árabe.

No sé dónde está lo positivo y no sé dónde encontrarme otra vez, pero me gusta la persona en la que me estoy convirtiendo, la que está en el medio del 'era' y 'soy'.
Me gusto burda, y quiero rescatar lo bueno y tirar lo malo a las alcantarillas que sí huelen mal.

Pero hay algo que no va a cambiar nunca, y es:

Olvídenlo, cambiar es lo mejor que me está pasando.