27 oct 2009

De extrañar

Hace días alguien me dijo que el único remedio para poder disfrutar mi nuevo hogar era dejar de extrañar como estoy extrañando.
Confieso que desde que leí el mensaje he pensado una y otra vez la manera en que dejaré de hacerlo.
Descuida, no la he encontrado.
Y es justo ese el motivo de este post.
¿Cómo y dónde es que voy a encontrar la receta para no extrañar?
Es verdad que suena meramente dramático el asunto, y también que yo detesto a la gente que es así, pero esto me parece demasiado difícil como para dejarlo así por así.
El haberme cambiado de hogar ha resultado toda una travesía para mí.
He tenido que meterme el orgullo por la naríz. He pedido disculpas que de nada han servido, porque el remordimiento de conciencia está igual, no ha cambiado ni un poquito.
He comprendido tres mil cosas que antes me asqueaban la vida.
Me he acostumbrado al calor.
Hasta he semi-cambiado mi estilo de vida, porque jamás será igual.
Los valencianos creen que todos los caraqueños somos sifrinos y plásticos. Yo me creo apasionada, soñadora, humilde y un tanto de cosas más. Si a eso le llamas sifrino, cero rollos. Yo le llamo "gente bien".
Los caraqueños, por otro lado, creemos que los valencianos son una cuerda de p....s para nada humildes y bastante odiosos y creídos. I'm sorry.
En general mi vida va bien, estudio lo que amo y he soñado desde chamita, tengo un novio maravillosamente genial, una familia espléndida (sujeto a cambios), salud perfecta y ... bueno sí, básicamente eso.
Sin embargo, si alguien hace 10 años me hubiese dicho que todo esto iba a ir así, señores sencillamente hubiese renunciado e intentado cambiarlo.
El remedio para dejar de extrañar no existe. Y no va a existir. Porque los voy a seguir extrañando con la vida. Porque me han regalado cosas y experiencias que aquí nadie me dará. Porque extrañar es masoquista y ese es uno de mis defectos. Porque a mí me encanta extrañarlos para estar estúpidamente emocionada cuando los voy a ver.
Yo sé que un día todo volverá a su sitio y yo seguiré siendo feliz. Mientras tanto, permítanme seguirlos extrañando tantísimo.
Mientras tanto, sigan haciendo lo que han hecho hasta ahora, y sigan extrañando a su loca.
Mientras tanto, yo voy a seguir luchando por lo que quiero y por lo que no.
Gracias por regalarme días perfectos.

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